A exactamente dos años del inicio del proyecto Algoritmos Éticos, Responsables y Transparentes, se celebró una nueva sesión de su Consejo Asesor
2º Consejo Asesor del proyecto Algoritmos Éticos debatió sobre desafíos y oportunidades de 2023
30 de diciembre 2022
Con presencia de altos representantes de todos los organismos socios del proyecto, se realizó este encuentro de carácter estratégico y consultivo, con el objetivo de verificar los avances de la iniciativa que lidera la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) con apoyo de BID Lab, el laboratorio de innovación del Grupo BID, y que va a cambiar la forma en que se usan y producen los algoritmos y la inteligencia artificial en Chile.
A exactamente dos años del inicio del proyecto Algoritmos Éticos, Responsables y Transparentes, se celebró una nueva sesión de su Consejo Asesor, instancia que sirvió para revisar el estatus de cada una de sus líneas de trabajo y para conversar sobre los desafíos y oportunidades que traerá el 2023.
Cómo medir correctamente los impactos del proyecto, cómo crear sinergias para potenciarlos, cómo apoyar los procesos de implementación que están por comenzar y cómo velar por su continuidad hacia 2024, fueron las preguntas que guiaron el debate y posibilitaron que cada asistente hiciera sus aportes.
Al encuentro asistieron representantes de todas las instituciones socias: Florencia Attademo-Hirt, gerente de países de Cono Sur y representante del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo en Chile; Diana Krüger, decana de la Escuela de Gobierno UAI; Patricio Coronado, director nacional del IPS; Dora Ruíz, directora(s) de ChileCompra; Gastón Avendaño, director de Desarrollo del Consejo para la Transparencia; Marcel Thezá, jefe de la División de Políticas Públicas del Ministerio de Ciencia; Claudio Reyes, director de Datos de la División de Gobierno Digital; Marcela Werlinger, jefa(s) del Departamento de Evaluación, Control y Reclamaciones de la Defensoría Penal Pública; Matías Goyenechea, jefe(s) División de Desarrollo Institucional de FONASA; y Juan Orlandi, gerente general de Magical.
“Estamos aprendiendo mucho en este proyecto de vanguardia, que estamos seguros será un buen referente para el resto de los países de la región”, declaró Florencia Attademo-Hirt en representación del Banco Interamericano de Desarrollo y su laboratorio de innovación BID Lab, y destacó la importancia de que su desarrollo este centrado en las personas y el poder cuantificar cómo la tecnología puede acelerar cambios positivos en su calidad de vida “el incorporar inteligencia artificial, datos, y algoritmos éticos a los procesos públicos, por ejemplo, para una mejor prestación de servicios a los ciudadanos”.
Esto último se logrará con distintas iniciativas. Las más transversales se comenzarán a desplegar en los próximos meses por parte del Consejo para la Transparencia (CPLT), institución que instruirá a los organismos públicos informar los algoritmos usados en decisiones que afectan a la ciudadanía; y ChileCompra, que publicará estándares que incluirán requisitos éticos que quienes quieran venderle sistemas automatizados e inteligencia artificial al Estado tendrán que cumplir.
Por otro lado, 2023 será el año de cosechar y replicar los aprendizajes de las metodologías para implementar estándares éticos que han sido piloteadas con FONASA, que implementará una solución tecnológica para optimizar la fiscalización de fraudes; con la Defensoría Penal Pública (DPP), para auditar y controlar la calidad de la defensa ; y con el Instituto de Previsión Social (IPS), que está desarrollando un algoritmo para encontrar y llegar a quienes no han cobrado ayudas estatales a las que tienen derecho.
Esto está siendo complementado por una herramienta de inversión responsable para venture capital tecnológico que presentará Magical con el acompañamiento técnico del Ministerio de Ciencia y una guía de formulación de proyectos de ciencia de datos que desarrolló Gobierno Digital para el sector público.
A nombre de la Universidad Adolfo Ibáñez, Diana Krüger comentó que el Consejo Asesor “fue una instancia muy enriquecedora, porque nos dio la posibilidad de compartir ideas y abrir otros espacios de colaboración para potenciar el trabajo del proyecto Algoritmos Éticos, fortalecer con ello las políticas públicas y que en el desarrollo de nuevos algoritmos se evite la discriminación, en múltiples sentidos”.